Como pintar un paisaje

Pintar un paisaje puede parecer fácil pero para que despierte el interés de la gente que los ve se deben seguir unas recomendaciones sobre su composición geométrica y la utilización de los colores. Una mala elección de los colores y de la composición puede hacer que la obra parezca aburrida y no despierte el interés suficiente entre los espectadores del arte.

Para empezar a pintar primero hay qué elegir el paisaje. Una vez elegido nos podemos ayudar de una cámara fotográfica para captar la imagen y ayudarnos con ella a la hora de pintarlo. También es interesante una vez terminado el paisaje poderlo comparar con la fotografía tomada.

Una vez elegido el paisaje es aconsejable realizar algún boceto previo que nos ayude a tener claro la composición y las proporciones de los elementos que formarán parte de la obra. Tras estas pruebas previas pasaremos a plasmarlo sobre el lienzo.

En la confección de paisajes es aconsejable para la composición utilizar la regla de los dos tercios que consiste en dividir en tres filas y tres columnas de iguales proporciones el lienzo. De esta forma se crean 4 puntos de intersección dónde se colocarán los elementos principales de la obra. Así evitaremos que los elementos principales no estén encuadrados en el medio consiguiendo una composición asimétrica pero más animada. Ya que si hay una simetría perfecta se produce un efecto rígido poco aconsejable.

Una vez trazadas las líneas y elegidos los colores empezaremos a pintar de atrás hacia delante. Es decir empezaremos pintando de las figuras del fondo hasta llegar a las figuras delanteras. Para las figuras del fondo se utilizarán colores más pálidos y con matices ligeros y conforme se vaya avanzando se irán utilizando colores más fuertes y llamativos.